El glaucoma es una enfermedad que se caracteriza por afectar la visión periférica, a menudo quienes han sido diagnosticados con glaucoma presentan síntomas tales como mala visión nocturna, sensibilidad a los cambios repentinos de la condición de luz.
Es por eso que hoy comentaremos brevemente acerca de una de las preguntas más frecuentes que hacen las personas con glaucoma o sus familiares: ¿puede conducir coche una persona con glaucoma?.
Conducir por carretera en condiciones normales
Lo primero que debemos indicar es que una persona con glaucoma presenta problemas con su campo visual, algo que repercute en un incremento de las posibilidades de tener un accidente vehicular.
Si antes hemos mencionado que uno de los síntomas del glaucoma es la mala visión nocturna ahora es cuando también recalcamos en que un paciente con glaucoma moderado debe evitar conducir de noche.
- Si la persona con glaucoma presenta un diagnóstico leve-moderado de esta enfermedad, puede conducir -previa autorización oficial- sin problemas durante el día y en condiciones normales.
- Otra situación que deben evitar las personas con glaucoma y que están autorizadas para conducir, es la de hacerlo bajo condiciones de niebla en la carretera.
Pruebas periódicas que autoricen al conductor con glaucoma
Llegados a este punto es importante aclarar que para el caso de pacientes con glaucoma se debe realizar una prueba específica que determine si es apto para conducir. Dicha prueba es diferente a los exámenes psicotécnicos normales que se realizan al resto de conductores cada 10 o 5 años.
Será un oftalmólogo u optometrista quien dictamine si el paciente con glaucoma que desea conducir cumple con los niveles mínimos de visión exigidos. Además, también concluirá si la presión intraocular está en los límites considerados como normales.
Recordemos que el glaucoma es la segunda causa de ceguera a nivel mundial y que en España al menos 2 de cada 100 personas han sido diagnosticadas con esta enfermedad.
El glaucoma es una enfermedad progresiva que en el mejor de los casos sólo se puede ralentizar su avance.
Las personas con glaucoma leve o moderado que deseen conducir pueden hacerlo siempre y cuando cuenten con el aval médico-profesional y que se realicen revisiones oculares periódicas para conocer el estado de la enfermedad.
Así es como se determinará si es apto para conducir y durante cuánto tiempo puede seguir haciéndolo.